viernes, septiembre 13, 2013

Derecho Canónico : Francisco Arruza Sacerdote Jesuita dictó las Catedras de Derecho Canónico y Lógica Jurídica en la facultad de Derecho de la U.C.A.B.

Esquina de Jesuitas
Cumplió 60 años en la Compañía
La figura jesuítica del padre Francisco Arruza
 
Impecablemente vestido con clergyman, puntual sube a  su oficina en la Fundación Andrés Bello. Alto, delgado, con pelo blanco, porta un bastón que le hace parecer un gentleman inglés. Sus cejas pobladas y juntas y sus dientes delanteros grandes, blancos e irregulares son rasgos importantes de su fisonomía. Amante del fútbol, es considerado hincha del Atlético de Bilbao
Impecablemente vestido con su clergyman, llega todos los días muy  temprano a su oficina en el segundo piso del edificio de Ocace, el secretario de la Fundación Andrés Bello. Alto, delgado, con pelo blanco, porta un bastón que le hace parecer un gentleman inglés, si uno se le acerca podrá apreciar sus cejas pobladas y juntas, sus dientes delanteros grandes, blancos e irregulares como los de cualquier adolescente, y cuando habla su acento delata su origen vasco. Amante del fútbol, es considerado hincha del Atlético de Bilbao. Generalmente, a media mañana sale a tomarse un café acompañado de su amigo Francisco Ojer, y de su mano derecha en la Fundación, Luz Gómez. El padre Francisco Arruza tiene un lugar en la Companía de Jesús, en cuya organización cumplió 60 años el 10 de noviembre de este año. Celebración  sellada por la riqueza de su amor a las obras de San Ignacio, que en Venezuela han sido el colegio Gonzaga de Maracaibo, el colegio San Ignacio de Caracas y la Universidad Católica Andrés Bello. Este trabajo es producto de indagar por aquí y por allá sobre su vida, porque el padre no es amigo de las entrevistas, aunque sí es partidario de los productos editoriales que salen de la oficina de Prensa, de esta su casa de estudios. Educado bajo una formación escolástica, clásica y rigurosa en su congregación donde predominaban  los estudios de teología, filosofía y moral, disciplinas que moldearon su férrea personalidad. La formación espiritual de los jóvenes ha sido otra de las vías que escogió para hacer práctica su fe en Dios. Ha sido capellán  en colegios de secundaria de educación religiosa, Merici, Mater Salvatoris, Consolación de Caracas, Barcelona Maracay, y el colegio laico "Bellas Artes" e Maracaibo donde desarrolla su sensibilidad y capacidad de empatía, discreción y cordialidad. Alvaro Hernández en 1995, siendo estudiante de Comunicación Social le hizo una entrevista con fines académicos y ante la pregunta de por qué  había escogido la vida en comunidad y no la opción diocesana respondió  "porque vi mi ideal  perteneciendo a la Orden de San Ignacio, y una persona sólo es feliz si se realiza según su ideal". Hizo el profesorado en Física y Matemáticas en la Universidad Javeriana, luego obtuvo las licenciaturas de Letras y Filosofía en la misma casa de estudios y por último cursó Teología en el Heytrop College de Oxford-Inglaterra en 1954, lugar donde se ordenó como sacerdote. Allí estudió junto a sus amigos jesuitas Hermann González, s.j. y Pablo Ojer. En la Ucab es profesor de Lógica en las Escuelas de Letras, Derecho (donde también dictó la Cátedra de Derecho Canónico), Comunicación Social, Administración y Contaduría y en la Facultad de Ingeniería. También en Educación impartió las cátedras de Etica y Metodología del estudio. Decano de la Facultad de Humanidades y Educación desde 1979 hasta 1983 y director de la Escuela de Filosofía desde 1974 hasta 1992, donde también dictó la cátedra de Lógica. Su labor educativa no la interrumpe ni por el peor quebranto. Especialista en los problemas del matrimonio. Forma parte del tribunal eclesiástico de Caracas como defensor del vínculo desde 1983. Es conocido como asesor y consejero matrimonial donde destaca su humanidad y comprensión ante los problemas de la pareja. Su labor en el colegio Gonzaga de Maracaibo como rector se desarrolló en una época difícil (1962-66). Arruza, con sus dotes de excelente administrador, que lo ha caracterizado en toda su trayectoria, supo tomar las decisiones mas acertadas para el colegio. Dicen que también fue el artífice de la modernización del colegio del que fue un magnífico rector cuidando la formación humanística, intelectual, espiritual y deportiva del alumnado. Le recuerdan por su exigencia, orden, disciplina y austeridad. Mantiene, desde esos años,  amistades profundas con los que entonces eran muchachos de secundaria y hoy son personalidades en el mundo profesional y empresarial. Sobre su labor como Prefecto en el colegio San Ignacio (1955-59), se le reconoce como un sacerdote con virtudes sólidas que ejerció la autoridad de manera firme. En esos años hizo un gran dueto con el padre rector, Jenaro Aguirre, s.j. Se dice que los actos en el colegio eran solemnes, distinguidos y elegantes como era el estilo de los colegios católicos de la época. También fue padre guía de los alumnos de bachillerato en el San Ignacio desde 1962 hasta 1966; siempre mantuvo con las familias de éstos un trato suave y diplomático. Francisco Arruza fue administrador de la Ucab desde 1966 hasta 1971, y su primer vicerrector administrativo (71-72). Sus cualidades financieras y administrativas hacen que sea nombrado secretario de la Fundación Andrés Bello con la cual está comprometido desde 1966, fecha en que fue nombrado tesorero-coordinador. Es su gran amigo Gustavo Vollmer quien describe su trabajo. "El padre Arruza está envuelto desde el inicio en la Fundación Andrés Bello donde ha hecho una gran labor en el campo administrativo y  en la obtención de recursos. La Fundación que se encarga de administrar los terrenos y edificaciones de la Ucab, ha tenido en él al mejor vigilante, gracias a su tremenda prudencia y efectividad en el aporte y uso de los bienes. Lo ha hecho de una manera modesta, y como "telón de fondo" siempre ha movido a la gente durante todo este largo tiempo". Otro de sus grandes amigos es el general Alfonso Ravard. Otra de las misiones de la Fundación Andrés Bello es la de realizar obras benéficas y de asistencia social, especialmente de ayuda a estudiantes de escasos recursos económicos, mediante el otorgamiento de becas y ayudas. De la entrevista antes mencionada, pudimos saber que  Arruza se siente contento cuando sabe que alguien ha hecho una buena obra para con otro ser humano, y que aparte del fútbol es amante de los chistes de los que cuenta con un diverso repertorio. Otra de las características que lo han acompañado de por vida es su gran sentido del humor que lo hacen mantenerse ante todo los avatares de la vida. Francisco Arruza dentro de nuestra alma mater es miembro del Consejo de Fomento desde 1966, del Consejo Fundacional desde 1973 y fue representante de los profesores ante el Consejo Universitario durante los años 75,76 y 77. Su trayectoria lo hace uno de los pilares fundamentales de nuestra casa de estudios y por eso, le dedicamos esta página.
 
Ocupa un lugar en la Companía de Jesús, en cuya organización cumplió 60 años el 10 de noviembre de este año. Celebración sellada por la riqueza de su amor a las obras de San Ignacio, que en Venezuela han sido el colegio Gonzaga de Maracaibo, el colegio San Ignacio de Caracas y la Universidad Católica Andrés Bello
María Fernanda Mujica Ricardo