Historia de la primera mujer venezolana que muere por usar implantes PIP
27/04/13.-La joven se colocó los implantes en 2010 y su caso fue considerado para declarar toda afectada como un problema de salud público. Se trata de Adriana Zorrilla, una venezolana de 29 años de edad que impulsó la causa para que la fraudulentas prótesis francesas PIP fueran considerados problemas de salud pública en Venezuela, falleció de un adenocarcinoma de pulmón, la misma enfermedad que padeció la primera denunciante de la irregularidad de los implantes en Francia.
“Soy de Petare, Caracas. En 2010 me puse los implantes PIP y un año después gané un cáncer de pulmón que no me permite ni entrar en la lista de quienes podrán retirarse las prótesis porque tengo afectado el sistema inmunológico”, declaró Zorrilla, en junio del año pasado al diario Panorama.
Ayer, Gilberto Antonio Andrea, abogado de la Asociación de Mujeres Venezolana de Afectadas por PIP (Asomuvenapip), confirmó a este rotativo el deceso de la paciente: “La familia no había querido hecho en público, aunque al parecer su fallecimiento ocurrió en diciembre, pero ella fue una heroína de la causa y nos siente mucho su partida, porque tuvo el valor de decirle a las autoridades que ella era una afectada”, expresó.
La joven representó el caso de más impacto en el país, por registrar una historia similar a la que generó alarma sanitaria en Francia.
“La llamamos la ‘cuarto bate’ de las PIP ya que gracias a su caso nos escucharon en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ)”, expresó Adriana Bavaresco, integrante de Asomuvenapip.
Los implantes de la compañía francesa Poly Implant Prothèse (PIP) comenzaron a causar preocupación a finales de 2010 cuando cuando un estudio reveló que estaban hechas de silicona industrial y no quirúrgica.
Un gel de silicón industrial no apto para la cirugía estética, 10 veces más barato que el resto comercializado en el mundo, burló la seguridad sanitaria de la Comunidad Europea, desde 1991 hasta 2010, cuando la investigación revelara que el producto vendido no era el mismo declarado por su fabricante.
“Yo no quiero dinero. Solo quiero mi salud de vuelta (...) Mi vida ha dado un vuelco demasiado grande, Hace tiempo que no subo fotos al facebook porque el tratamiento ha hecho que se me caiga el pelo (...) Tuve que vender un carrito que tenía para poder ayudarme con la medicación”, declaró la joven Zorrilla en vida a este diario.
En la sentencia del TSJ, donde se ordenó un trabajo multidisplinario para el retiro y reemplanzo gratuito de 40 mil prótesis aproximadamente, el caso de Zorrilla fue el único resaltado.
“... Todo en razón de que las prótesis mamarias marca 'PIP' (...) afectan la salud y amenazan la vida de todas aquellas personas que las tengan colocadas en sus cuerpos. Igualmente, solicitaron la acumulación de la causa mediante la cual la ciudadana Adriana Alejandra Zorrilla González pidió a esta Sala el avocamiento de la pretensión de amparo que inició contra los mismos sujetos pasivos de esta demanda, por cuanto esta causa pretende abarcar a todas las personas que se han implantado dichas prótesis”, reza la sentencia.
El abogado Gilberto Antonio Andrea señaló a este rotativo que volvieron a tener contacto con la familia de la joven esta semana, cuando daban a conocer un libro que publicó sobre los casos en el país y que tituló La verdadera historia del caso judicial de las prótesis mamaria PIP en Venezuela. “Nuestras más sentidas palabras de condolencia para sus familiares y amigos. Para nosotros es y será siempre una heroína”, dijo.
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